APEP en el Día Europeo de la Protección de Datos
El 28 de enero conmemoramos el Día Europeo de la Protección de Datos y con ello un modelo de normativo que garantiza un elevado nivel de protección de la vida privada de nuestros ciudadanos. La defensa de la privacidad no es patrimonio exclusivo del continente. Los padres del derecho a la intimidad, Warren y Brandeis formulan su defensa del derecho en 1890, Estados unidos cuenta con legislación desde la Privacy Act de 1974, y junto a las leyes europeas de la misma época, como la de Land de Hesse, la francesa o a la sueca, se legisla también en Japón. Sin embargo, el Convenio 108/1981 del Consejo de Europa y la Directiva 95/46 configuran el modelo de protección más acabado que hoy celebramos.
La defensa del derecho a la protección de datos resulta imprescindible para los retos a los que se enfrenta nuestra sociedad. Cuando la expresión “nuevas tecnologías” huele ya a mohoso, cuando las tecnologías de la información constituyen una realidad presente y una esperanza de futuro y en un mundo en el que la frontera entre la vida en lo físico y lo virtual se difumina mientras creamos un mundo Web 2.0, el derecho fundamental a la protección de datos está llamado a ser una garantía esencial de nuestras libertades.
Contribuir con nuestro trabajo diario a promover un adecuado cumplimiento de este derecho no puede sino proporcionarnos el orgullo de desempeñar una noble tarea al servicio de la sociedad. La aplicación de la legislación sobre protección de datos no debe ser ni una actividad formal ni un mal necesario que administraciones, empresas y corporaciones deban padecer estoicamente. Cuando una organización cumple con sus deberes en esta materia incorpora un valor añadido fundamental para su futuro. Analiza todos sus procesos, implementa seguridad, configura un modelo de adopción de decisiones basado en información confiable y ofrece a sus usuarios, clientes o administrados calidad, seguridad y confianza.
Por ello, a los profesionales nos incumbe trasladar en nuestro quehacer cotidiano estos valores positivos. Nuestra tarea es difícil frente a un tejido social integrado por responsables no siempre conscientes de la importancia de la protección de datos personales. Es fundamental la implicación de poderes públicos y de las organizaciones sindicales, empresariales y sociales en la difusión y concienciación de nuestra sociedad. Pero además los profesionales debemos ser ejemplo de rigor y competencia en el desempeño de nuestra tarea. Debemos apostar por una formación continuada constante, por un desempeño ajustado a las necesidades de cada organización auditada frente a soluciones epidérmicas de copia-pega, debemos ser capaces de transmitir la importancia de nuestra tarea garantizando que la “implementación de la LOPD” no es un puerto de arribo, sino el inicio de una tarea continuada.
Y todo ello, en un contexto económico particularmente difícil y en un entorno en el que las prácticas desleales hacen a veces imposible el normal desempeño de nuestro trabajo. Quienes prestan servicios de consultaría a Coste 0, regalando un servicio que acaba siendo financiado con los impuestos de los españoles, quienes ofertan servicios sin rigor profesional alguno, condenan a los responsables a un cumplimiento inadecuado de la Ley que acabará lesionando los derechos fundamentales de nuestros ciudadanos. Este tipo de arribista de la subvención avergüenza a nuestra sociedad ya que es imposible que quien no es en absoluto un profesional pueda avergonzar a la profesión.
Afortunadamente, vivimos tiempos interesantes y esperanzadores. La reforma de la Directiva apuesta por los profesionales de la privacidad no sólo reconociendo la figura y definiendo un perfil de funciones sino en cuanto que incorpora con contundencia el principio de documentación, el valor de la seguridad y las metodologías de “data protection impact assesment” y “data protection by default”. Si a ello se añade la revisión por el Consejo de Europa, de los principios de la OCDE, e incluso de la Privacy Act de 1974 acompañada de la cada vez mayor implicación de la Federal Trade Commision Norteamericana en la defensa de la privacidad de los consumidores, debemos contemplar el futuro con esperanza.
En este día que celebramos más que nunca, los profesionales de la privacidad debemos asumir el papel central que debemos jugar en la sociedad de la información y debemos hacerlo con rigor, responsabilidad y compromiso social.