De la Norma a la Realidad Colombiana
Loredana Rada Ortíz.
Abogada Especialista en Protección de Datos Personales y Privacidad.
Gerente Prodatic S.A.S. Conferencista.
Este 28 de enero se celebra el día internacional de la Protección de Datos Personales. Es una jornada que busca que tanto autoridades, como empresas y ciudadanos, reflexionen y conciencien sobre la importancia de proteger la privacidad, así como promover las garantías inherentes a este derecho fundamental. Sin duda alguna, podemos decir que lo relativo a la protección de datos personales va ganando terreno en todo el mundo, como en ningún otro momento. Hay un mar de información personal rodando en redes sociales, blogs, noticias, en la red en general y tanto en el mundo físico como en el virtual, se han aprovechado ese cúmulo de información para su propio beneficio y en ocasiones menoscabar el honor, intimidad o privacidad de los titulares. Debido al impacto jurídico que conlleva, es necesario alertar a las personas para que conozcan más del derecho de Hábeas Data, sepan cómo utilizarlo y no sean víctimas de conductas ilegales. Esta celebración genera una gran oportunidad para aunar esfuerzos que tengan por objetivo transmitir estos conocimientos a la comunidad.
En los últimos años, Colombia ha vivido una serie de importantes avances legislativos enfocados en protección de datos personales, una de las más trascendentales es la promulgada Ley 1581 de 2012 y su Decreto reglamentario 1377 de 2013. El Ministerio de Comercio y el Ministerio de las Tecnologías de la Información, merecen un especial reconocimiento ya que a través de sus esfuerzos han logrado situar a Colombia en el mapa de países que garantizan la privacidad de los datos personales. Se han diseñado diferentes programas, tales como En TIC Confío y Plan Vive Digital, para elaborar un listado de buenas prácticas que contribuyan a cuidar la información. La Superintendencia de Industria y Comercio ha procurado que entidades públicas y privadas respeten los principios, derechos y garantías en el tratamiento de datos personales, al igual que ha multado con altas sumas de dinero a aquellas empresas que incumplen la norma e incluso, en una decisión sin precedentes, ha ordenado a la Corte Suprema de Justicia que se abstenga de publicar en internet una sentencia que permite identificar a una menor víctima de abuso sexual. Todas estas medidas han logrado desarrollar el derecho fundamental de Hábeas Data, consignado en la Constitución, para beneficio de todos.
Sin embargo, queda mucho camino por recorrer. A pesar de estos adelantos, el desconocimiento, casi generalizado, de los requerimientos que exige la Ley de Protección de Datos, la idea de que pequeños y medianos empresarios no están sujetos a la ley, o que es suficiente con copiar y pegar de internet políticas de privacidad de otras compañías (que seguramente no sea la adecuada para las necesidades propias); impide que el cumplimiento de la normativa sea mayor. Esta inobservancia se puede reflejar cuando en procedimientos de multas de tráfico realizadas por medios digitales (foto y video) se atenta contra la intimidad de las personas; o cuando personas sin escrúpulos exponen y replican en redes sociales videos de actos delictivos perpetrados contra menores. De otra parte, se han incrementado el número de quejas presentadas por el uso indiscriminado que hacen de la información algunos agentes publicitario, por la constante vulneración de la norma al hacer reportes en las centrales de riesgos sin cumplir con los términos legales, así como por la ausencia de protección de historias clínicas e información de menores, en el caso de instituciones de educación.
Por ello, y esto lo digo a título personal, las autoridades competentes deben garantizar una capacitación oportuna, eficaz y de amplia difusión; realizar sesiones informativas y de sensibilización en escuelas, universidades, gremios y asociaciones; conferencias y seminarios para todos los sectores públicos y privados. Con ello se podrá estimular el ejercicio práctico del derecho de protección de datos además de impulsar una cultura de privacidad y cerrar las brechas de conocimiento existentes. Ya existen los mecanismos legales, sólo queda que todos los ciudadanos aprendan a usarlos y exijan la garantía de este derecho.