Sandra Ausell Roca: La privacidad: un reto transversal para una sociedad de derechos. La sociedad cambia, la tecnología avanza y el derecho siempre les acompaña.
Día Europeo de Protección de Datos 2016
Monográfico de la Asociación Profesional Española de Privacidad
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Sandra Ausell Roca
Abogada-Consultora de protección de datos.
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Sociedad y tecnología
Cada paso que damos en nuestra vida cotidiana es susceptible de generar información. Desde la primera consulta que hacemos al despertar cada mañana a nuestro Smartphone para apagar la alarma y ver el tiempo previsto para ese día, pasando por los registros de las compras realizadas mediante tarjeta bancaria que entregamos junto a la tarjeta de fidelización, – la cual nos permite acumular puntos y conseguir esos “grandes beneficios o estupendos regalos”-, continuando con las correspondientes llamadas telefónicas profesionales y personales susceptibles de ser grabadas, las consecutivas búsquedas en Google Maps para localizar nuestros destinos a lo largo del día y elegir la ruta más conveniente cada vez, sumado a las decenas de capturas hechas a nuestra imagen recorriendo la ciudad en los transportes públicos o en las vías por las que circulemos, incluso en los pequeños comercios que visitemos; unido a las sucesivas actualizaciones de estado que vamos haciendo durante el día en las diferentes redes sociales en las que tenemos abierto un perfil, hasta que por fin, ya en nuestra casa (perfectamente geolocalizados por la compañía de teléfono) decidimos dar la última ojeada a nuestro móvil para programar la alarma del día siguiente, sin olvidar correos electrónicos entrantes y los mensajes sin contestar de WhatsApp pendientes, que están almacenados en servidores de EEUU donde la NSA (National Security Agency) lo ve todo.
Día a día se crean millones de historias que puede escribirse en combinaciones de ceros y unos, dejando el rastro de lo que hacemos sin apenas ser consciente de ello: confeccionando nuestro diario vital.
Toda esta información, es posible registrarla y analizarla con la más novedosa tecnología (inteligencia artificial) de minería de datos. El denominado Big data, se configura como uno de los últimos riesgos susceptible de causar intromisiones al derecho a la intimidad y a la protección de datos personales. Esta tecnología existe y está muy avanzada a día de hoy. Su eficiente uso aporta un valor incalculable en términos económicos y funda grandes expectativas comerciales sobre millones de datos personales recogidos en el mundo.
Este tipo de tecnología permite conocer patrones de comportamiento y perfiles completos con un solo click. Por eso, nuestros datos no sólo son importantes como elementos individualizados e independientes (según el caso), sino que también lo son como parte de un todo contextualizado. El análisis masivo de datos, en casos como la medicina, puede hacer avanzar a la sociedad sin lugar a dudas, pero también puede destinarse a fines puramente comerciales, configurándose un mercadeo de nuestras vidas, sin que exista beneficio directo aplicable a los sujetos que adoptan el papel de “conejillos de indias” cuyos datos están siendo tratados.
Retos a partir de 2016 para la Protección de Datos
El manejo de estos grades volúmenes de datos debe quedar limitado por una protección jurídica garantista de los derechos y libertades, capaz de proteger la vida privada de las personas cuyos datos son objeto de caza.
La confección de ese límite determina el reto jurídico, social y profesional al que nos enfrentamos en los próximos años y podemos dirigirlo a cuatro líneas de trabajo complementarias:
- Concienciación del usuario sobre su privacidad.
- Garantías del estado para el respeto de derechos y libertades civiles.
- Cumplimento de los límites legales establecidos para los tratamientos de datos personales por parte de empresas e instituciones públicas.
- La correcta preparación de los juristas para encajar la nueva realidad social tan tecnológica en el campo del derecho e interpretar las leyes de acuerdo a su contexto social.
El camino que nos queda por recorrer para conseguir este gran reto, se dirigirse hacia el cumplimento de estos cuatro objetivos citados. En ese camino, la sociedad irá acompañada durante los próximos años por la nueva normativa en protección de datos que, previsiblemente, estará aprobada esta próxima primavera.
La actual legislación de Protección de Datos fue redactada hace casi 20 años (1999) y, en consecuencia, no comprende los nuevos riesgos a los que está expuesta nuestra privacidad en estos momentos. La tecnología evoluciona a un ritmo estremecedor, que obliga a cambiar y actualizar los límites legales envueltos en cada vez más complejos contextos sociales.
El plazo para su adaptación y cumplimiento, en principio, parece que será de dos años. A partir de ese momento, no solo habrá que aplicar las nuevas directrices marcadas por este futuro Reglamento de Protección de Datos, sino que todo el ordenamiento debe sufrir una armonización global afectando, por tanto, a toda la legislación sectorial.
El carácter transversal de la protección de datos se configura como una de las principales características de esta materia legal y es que rara es la norma jurídica que no se vea afectada de manera directa o indirecta por ella. Dada la importancia de esta característica, recientemente, los informes preceptivos que emite nuestra Agencia Española de Protección de Datos,en el proceso de creación de una norma, han sido incluso merecedores de un espacio en su página web.
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Sandra Ausell Roca
Abogada-Consultora de protección de datos.
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Puedes acceder al Monografíco de APEP por el Día Europeo de Protección de Datos 2016 en este enlace.